La tradición de los Nueve Desconocidos se remonta al emperador Asoka, que reinó en la India a partir del año 273 a.C.Se dice que, conocedor de los horrores de la guerra, el emperador Asoka quiso prohibir para siempre a los hombres el mal uso de la inteligencia. Bajo su reinado, entra en el secreto la ciencia de la Naturaleza, pasada y por venir. Asoka funda la más poderosa sociedad secreta de la Tierra: la de los Nueve Desconocidos.
¿Cuáles son los fines de estos hombres? No dejar que caigan en manos profanas los medios de destrucción. Proseguir las investigaciones beneficiosas para la Humanidad. Estos hombres se supone que se renuevan para guardar los secretos técnicos venidos de un remoto pasado.
Así fue como poseyó en su palacio una cabeza de bronce que respondía «sí» o «no» a las preguntas que le hacían sobre la política y la situación general de la cristiandad. Según Silvestre II (volumen CXXXIX de la Patrística latina de Migne), el procedimiento era muy sencillo y correspondía al cálculo con dos cifras. Se trataría de un autómata análogo a nuestras modernas máquinas binarias. La cabeza «mágica» fue destruida a la muerte del Papa, y los conocimientos registrados por ésta, cuidadosamente disimulados. Sin duda la biblioteca del Vaticano reservaría algunas sorpresas al investigador autorizado.Existe un libro dedicado a esta cuestión: El Papa Mago
Se dijo, naturalmente, que Silvestre II fue sólo capaz de producir esta máquina porque estaba en tratos con el diablo y le había jurado eterna fidelidad.
¿Estuvieron otros europeos en relación con la sociedad de los Nueve Desconocidos ? Hay que esperar al siglo XIX para que resurja este misterio, al través de los libros del escritor francés Jacolliot.
Jacolliot (cónsul de Francia en Calcuta bajo el Segundo Imperio): se muestra positivo:la sociedad de los Nueve Desconocidos es una realidad. Y lo más extraordinario es que cita, a este respecto, técnicas que eran del todo inconcebibles en 1860, como, por ejemplo, la liberación de la energía, la esterilización por radiaciones y también la guerra psicológica.
Cada uno de Los Nueve Desconocidos estaría en posesión de un libro constantemente escrito de nuevo y que contendría la exposición detallada de una ciencia.
El primero de estos libros estaría consagrado a las técnicas de propaganda y de guerra psicológica.
«De todas las ciencias —dice Mundy— la más peligrosa sería la del control del pensamiento de las multitudes, pues ella permitiría gobernar el mundo entero.»
El segundo libro estaría consagrado a la fisiología. Como cosa más importante, explicaría el medio de matar a un hombre con sólo tocarle, produciéndose la muerte por inversión del influjo nervioso. Se dice que el «judo» pudo nacer de «infiltraciones» de esta obra.
El tercero estudiaría la microbiología, y especialmente los coloides de protección.
El cuarto trataría de la transmutación de los metales (alquimia). Según una leyenda, en tiempos de penuria, los terapíos y las organizaciones religiosas de caridad reciben, de fuente secreta, grandes cantidades de un oro muy fino.
El quinto comprendería el estudio de todos los medios de comunicación, terrestres y extraterrestres.
El sexto contendría los secretos de la gravitación.
El séptimo sería la más vasta cosmogonía concebida por nuestra Humanidad.
El octavo trataría de la luz.
El noveno estaría consagrado a la sociología, formularía las reglas de la evolución de las sociedades y permitiría prever su caída.
La hipótesis de una esterilización por radiaciones aparece en la obra de Jacolliot, cien años antes de que se sepa que tal fenómeno es posible. Estas radiaciones, según Jacolliot, provendrían de un templo secreto excavado bajo el lecho del Ganges.
Al margen de las agitaciones religiosas, sociales y políticas, resueltas y perfectamente disimuladas, los Nueve Desconocidos encarnan la imagen de la ciencia serena, de la ciencia con conciencia. Dueña de los destinos de la Humanidad, pero absteniéndose de emplear su propio poderío, esta sociedad secreta constituye el más bello homenaje de la libertad en las alturas. Vigilantes en el seno de su gloría oculta, estos nueve hombres contemplan cómo se hacen, deshacen y rehacen las civilizaciones, menos indiferentes que tolerantes, prestos a ayudar, pero siempre en este orden del silencio que es la medida de la grandeza humana.
¿Mito o realidad? Mito soberbio, en todo caso, surgido de lo más hondo de los tiempos... y resaca del futuro.
mmh...me encanta ese capitulo :)
ResponderEliminarjaja ese capítulo es muy largo, he tenido que resumirlo muuuuucho, es un pena, pero sino lo hago, el post sería eterno y mediría 10 metros de largo.
ResponderEliminarjeje claro...yo empece anoche a leer un poco Un mundo felix de Huxley es novela cientifica pero mola mucho
ResponderEliminarEl Huxley parece ser que se empolló los protocolos de los sabios de Sión a fondo para escribir el libro, porque para la época en la que fué escrito ha acertado en muchas cosas que pasan hoy en día.
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