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viernes, 2 de mayo de 2014

Las nueve llaves

Sois tan bobas, ovejitas mías, que cuando encontráis una llave necesitáis la puerta y cuando encontráis una puerta os hace falta la llave. 

Y el mundo es tan complaciente que hace que cada puerta tenga su llave y cada llave, su puerta.

El mundo, ovejitas mías, no es más que un laberinto de puertas abiertas que parecen estar cerradas.


Si queréis perderos en él, no tengáis cuidado. Ésta es la fórmula: no soltar la llave y abrir y abrir.
La puerta de la que hablo no es visible más que estando abierta y, para abrirla, se necesitan, no ya tres llaves sino tres veces tres llaves. Ni seis , ni ocho , sino nueve.

Mientras no tengáis la novena, las ocho restantes no abrirán nada y la gente os tomará por locos.
Dirán de vosotros: "Ahí va ese loco con sus llaves".

Después encontraréis la novena. Y, cuando hayáis pasado la puerta, no os molestéis en volver atrás para gritar: "La encontré! La encontré!" Porque en la puerta invisible, nadie os verá ya y vuestro grito será inaudible. No os molestéis en volver.

(Tradición de los"Invisibles", traducción inédita)

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No es posible adquirir conocimientos sin especializarse. Se es físico o historiador, o fisiólogo o psiquiatra. No se puede ser todo a la vez.

Vamos pues, a suponer que determinados hechos no pueden empezar a hacerse aparentes más que mediante la confrontación de seis o siete vías de investigación tan especializadas como las que acabamos de citar. ¿Qué posibilidades hay de que tales hechos puedan llegar a ser observados?

La respuesta es fácil: Ninguna.

En vista de las normas por las que se rige el pensamiento actual, tales hechos están condenados a permanecer invisibles para siempre. Reales o no, en nuestro universo intelectual será siempre como si no existieran.

Pero me equivoco: sólo los caminos "reconocidos" de la inteligencia los condenan a permanecer ignorados. Porque entre la diversidad de los hombres, siempre habrá algunos que hagan lo que está prohibido y mediten a un tiempo sobre la historia, la física, la psicología, los doctores de la Iglesia... Y de ellos, siempre sospechosos de charlatanería, partirá el rumor de que las cosas no son sólo lo que se cree y que algunas puertas invisibles no se abren más que con las nueve llaves.

De modo que los hechos no especializados, si es que existen, acaso sean ya conocidos y estén clasificados como rumores sospechosos.

2 comentarios:

  1. ¿No caemos en el peligro de la mediocridad sin la especialización?
    Me gusta indagar en diferentes disciplinas e intento sacar conclusiones uniendo puentes entre ellas, pero también me siento mediocre por no saber profundizar más en cada materia.
    Buen post. saludos

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  2. Gracias por el coment. Estoy muy deacuerdo contigo, supongo que todo es cuestión de dedicar el tiempo necesario para poder así profundizar seriamente en cada tema como para poder hablar con propiedad y conocimiento sobre las piezas del puzzle que intentamos unir. Tiempo, para reunir esas 9 llaves.

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